domingo, 31 de octubre de 2010

La compra

La compra de hoy ha sido el resultado de alguien que pone el supermercado como escusa para salir.  Me he venido con cuatro bolsas; en la primera una manzana y un panecillo, en la segunda una pera, en la tercera media sandía en oferta (25p) y en cuarta una fruta por descubrir, una de esas exóticas que bien pudiera ser un pimiento de no ser porque la he encontrado en el estante de la fruta...
El chico de la caja me ha mirado con cara de 'what a hell are u going to do with these', yo -mentalmente- le he respondido 'una macedonia', y le adjuntado una sonrisa del tipo 'I don't wanna bother u'.
De camino al supermercado ya me habia calado los pies, a si que a la salida he visto innecesario ponerme la capucha -de perdidos al río- Es más, a la vuelta me he deleitado con cada detalle de Merrion Street -y para deleitarse es necesario ir muy despacio- 
Resultado: pelo mojado, calcetines mojados, pantalón mojado a la mitad -la que no esta a salvo del impermeable-, y futura macedonia pasada por agua. -doy gracias a dios a que el panecillo venía envuelto en plastico transparente-
Me he secado, me he fumado un cigarro, he cocinado un pescado que he decidido no comerme y he tenido un intento frustrado de limpiar el baño (pero que conste que lo he intentado, tan solo he postergado el momento hasta adquirir un producto de esos milagrosos que TE limpian el baño sin esfuerzo)
Son las 21:12 en Canarias y aquí estoy; a mi derecha dos tazones sucios, en frente un jarrón de flores mustias -que me niego a tirar-, un libro de programación, una jarra de agua sin agua, mi bote de pinceles y un cartón de blue-tack.

martes, 26 de octubre de 2010

About freedom

Freedom is not a reaction: freedom is not choice. It is man's pretence that because he has choice he is free. Freedom is pure observation without direction, without fear of punishment and reward. Freedom is without motive; freedom is not at the end of the evolution of man but lies in the first step of his existence. In observation one begins to discover the lack of freedom. Freedom is found in the choiceless awareness of our daily existence and activity.

J. Krishnamurti

domingo, 24 de octubre de 2010

caracola


trepadores de tu boca dolida,
mis dedos de espuma enredadera.
y entre la ola y la arena,
mi remo cansado, mis plegadas velas.


navegarte quiero,
bailarle a los hirientes remolinos de tu pecho
trenzarte margaritas acuáticas y brillantes peces,
cruzarte entero.


pero hay de mi, perdido Norte de caracola
en tu oscuro y angosto cuerpo,
deslumbrante maravilla,
sin rumbo quedo.

m1*v1*a1=m2*v2*a2

Pienso en la Teoría de Choques.
En que sabiendo la trayectoria, velocidad y masa de los cuerpos, podemos predecir el resultado del choque antes de que se produzca.
Pienso en ti y en mi; en tu velocidad y mi trayectoria,
en nuestras masas...
y pienso en la conservación de la cantidad de movimiento
...en tu 'antes' y mi 'después'...
No hay cabida para el amor en la Teoría de Choques; no es parte de la ecuación
y temo la ligereza de mi masa y el vértigo de tu velocidad...
Acércate y dime que podemos cambiar las cosas:
m1*v1*a1=m2*v2*a2

sábado, 23 de octubre de 2010

En tus ojos



En tus ojos niño, de bruma y distancia,
de profundo océano,
en tu mirada de espacio y hueco,
de abismo intransitable hacia tus pensamientos
...cuando quedas callado, a parte,
y la habitación se inunda con tu silencio,
se liberan libélulas de delirio y sueño,
aletean lánguidas tus penas, niño,
mensajeras opacas de tu lengua,
nervioso boomerang de tu cerebro.
En tus ojos niño, cuando tu boca se cierra a las flores,
te nace una amapola silvestre, espartana y dulce
de esas que crecen salvajes y arañan de rojo el suelo
En tus ojos, cuando tu boca es jauría oprimida y rabiosa,
se liberan ciento un huracanes, dos mil rayos
...ningún trueno
Porque tus ojos, mi niño, no entienden de sonidos;
desconocidos de tu boca; extranjeros de tu cuerpo...
tu mirada de pausa, de eterna espera,
dibuja guirnaldas de hambre y engarza perlas en tu eco,
pero queda callada, niño, porque su idioma ...
su idioma es el silencio.

miércoles, 20 de octubre de 2010

The fountain of magic




the fountain of magic
the little child,
the hope on fire
the creating heart.

the look of god
the burning impulse,
the imploding music
the exploding mind.

my little fingers
their clumsy thread,

my folded wings
their beaten dust,

my hole no-purpose
its hungry seed,

my unborn thought
its clear light.

the timeless eons
the oldest eyes,
the quiet passion
the silenced heart.

the look of god
the empty action,
the faded music
the imploding mind.

martes, 12 de octubre de 2010

Hymnica y Siddhartha

Era como si la gente girase haciendo círculos concéntricos a mi cuerpo, como si los olores del chorizo, los churros, los inciensos y el cuero se sintiesen atraídos hacia mi por una extraña fuerza gravitatoria. También era yo la dueña de los timbales, que venían saltando entremezclados con las voces del gentío; el grito del niño, el carrito sobre los adoquines, tum tum, tum tum, mira esas pulseras, ponme un queso de esos, cuanto cuesta aquello? ...Y yo era consciente solo como lo eres en un sueño.
Mi trasero reposaba sobre la silla de una terraza de la plaza de los Santos, en pleno mercado medieval. Sobre la mesa en frente de mi, testigo de que yo era el era el astro de aquel sistema solar, un café descafeinado y cuatro libros que me acababa de comprar. En mis manos, el mas fino de los cuatro; vestido en rojo y de cuerpo delicado reposaba “Hymnica” de Luis Antonio de Villena.
En medio de aquel exceso para los sentidos, un espacio incoloro se abría frente a mi con cada pagina... cada poema expandía el aire en forma de burbuja, aislándome de todo aquel zumbido en movimiento. Hasta llegar a la pagina 30 no fui mas que una piedra inmóvil en medio de aquel río humano... y en la 31 fui consciente de ser la nota disonante, un botón cosido en el codo del abrigo, una flor boca abajo, una chica sola leyendo poesía en medio de aquel disparatado jaleo. Entonces sonreí.
Leer Hymnica era producto de una serie de eventos que si dejaran rastro, dibujarían una flor o una mariposa. De esos eventos que aun sencillos, te hacen sentir que la Vida es una enorme sinfonía y que lejos, muy lejos de aquí, cada sonido se ordena ocupando su lugar.
Recorría el puesto de libros como a dos metros de distancia cuando una palabra salto al aire con mas fuerza. “Siddhartha” salió de la boca de aquella chica que rebuscaba entre los libros. En ese momento y con la inercia de un boomerang que regresa, mis pies retrocedieron y mis ojos empezaron a jugar al pinto pinto entre los libros.
Siddhartha, la novela de Hermann Hesse, había llegado a mi tan solo una semana antes, a través de un camino que bien valiera otro relato y era el último libro que me había leído y llegado. Que de entre todas las palabras, aquella hubiese chisporroteado a mi paso, era un indicador claro -Un libro llama a otro libro, pensé. -Llévate uno.
Tras unos minutos de frustrarte espera, como aquel que pretende que un evento místico suceda y un libro se revele el elegido ante tus ojos, comencé a sentir la mirada del chico de detrás del mostrador sobre mi.
– Como se elige un libro?- Pregunte buscando sus ojos. Su expresión cambió de inmediato ante mi pregunta, reflejando su desconcierto e intriga.
-Que como se elige un libro? Repitió sonriendo. Pues de muchas formas -respondió sin satisfacerme- Que te gusta? Que lees?
-Quiero leer cosas sobre las que no leo -respondí.- Recomiendame algo-
Mis palabras debieron ser como una pócima mágica o un “Ábrete Sesamo”, sus ojos verdes se hechizaron y una luz se encendió dentro. Como si de una misión de vital importancia se tratase, empezó a buscar entre los títulos.
No suelo leer novelas -aclare.
-Te gusta la poesía? Preguntó el, a lo que yo respondí con una amplia sonrisa. Fue entonces cuando se dirigió en busca de Hymnica y me la trajo medio marchita como una bella amapola de papel rojo.
-éste libro te va a gustar. Dame algo más de tiempo, vuelve en 10 minutos y te habré seleccionado unos cuantos mas- Dijo revelando entusiasmo.
Esos 10 minutos se transformaron en 30; un largo paseo hasta el cajero automático, una parada para comprar demasiada tarta de queso, e infinitas micro miradas depositadas en tenderetes, caras, embutidos y dulces, pendientes y trabajos en cuero...
A mi vuelta, y como si de un trueque sagrado se tratase, intercambiamos 4 libros por 12 euros y la mitad de mi tarta de queso. Aun poseído por el hechizo y mientras vestía a Hymnica y al resto con bolsas de plástico me dijo -Me gustaría saber si he acertado con los libros cuando te los leas- y me miro como el que quiere detener el tiempo un instante sin éxito.
La gente comenzaba a agolparse frente a los libros y entonces, con una intensidad inusitada para algo que fue casi un susurro dijo -quisiera retenerte pero no puedo- En esos momentos estuvo en mi mano el sonreír, dar las gracias e irme, pero sonreí, di las gracias y un “vale, dame tu teléfono” salio por mi boca. El sonido de esta frase reboto en su sonrisa y regreso a mis oídos dejándome un poco perpleja. Al final el trueque se consumó añadiendo el papelito con los nueve números y me alejé del puesto de libros para deambular un rato entre los tenderetes. Fui persiguiendo olores y rasgos faciales hasta que aquella mesita sola en medio de la terraza llamó mi atención... y ahí me senté.
Debería dar gracias a Hymnica, motor de estos momentos e hilo con el que se ha cosido esta historia. Y a Siddhartha, que me trajo a Hymnica.
...curioso cómo se crea el presente...

lunes, 11 de octubre de 2010

mis niñas...

Quería, Deseaba, Soñaba, Esperaba...
Adiós os digo a todas, mis lindas niñas, queridas fantasmas
adiós con el dolor de una madre que os gestó en sus entrañas.
Adoptado mío, niño delgado, a tí tan silencioso y callado
como te llamo? Sin Nombre serás, caminarás a mi lado.
Comeremos hambre, soñaremos nada, andaremos hoy...nunca mañana.
No, mi niño, ...nunca más viviremos en Mañana.