sábado, 25 de diciembre de 2010

el nacimiento de las mariposas

Todas las mariposas habían decidido morir ese día.

Salieron al atardecer,
volaron lo más alto que pudieron hasta fallecer
y finalmente cayeron como hojas secas al suelo.
Sin vida se posaron docenas de ellas sobre mi.

No había motivo,
volaron sin más,
murieron porque sí.

Y el cometa surcó el cielo ese mismo atardecer... por pura coincidencia.
Paso rozando la atmósfera cuando millones de mariposas aun flotaban en el aire.

Y así fue que ese momento mágico se hizo de la nada y sin motivos...
y yo lo vi.
Yo estaba allí... también por casualidad.

El polvo de sus alas permaneció tres días en el aire.
La estela del cometa apenas se vio durante unas horas.
... y todas las mariposas viven en mi.
Nacen cada vez que las pienso.

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